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domingo, 20 de marzo de 2016

NACER MUJER ES HERMOSO PERO ADEMÁS DE VIDA GENERA IMPUESTOS


Por el Dr. Luis María Llaneza

Dedicado a los Risler

Mis queridos  lectores hoy vamos a desentrañar la generación y el motivo por el cual nacer mujer genera una situación de desigualdad impositiva con el hombre que dio en llamarse entre otros nombres: woman tax, pink tax, vagina tax, tasa rosa etc. En nuestro País el término que acuñamos es el de tasa rosa cuyo significado más acertado es “la diferencia,  injustificada e inexplicable, que existe en el establecimiento de precios diferenciales de un mismo producto que será más caro cuando sea rosa y más barato cuando sea celeste. Imagino que una vez leídas estas pocas líneas estallara como un volcán la indignación femenina que razonablemente sentirán que están sufriendo una desigualdad sin justificativo alguno por el solo hecho de ser mujer lo cual es cierto si se tiene presente que estos precios diferenciales  configuran, ni más ni menos, una discriminación económica cuyo único basamento es el simple hecho de pertenecer al género femenino. Pero más allá de lo que seguramente piensan algunas mujeres que esta discriminación es producto de un mal endémico: el machismo les demostrare que este problema no se trata del hombre sino de las políticas comerciales que frente a las góndolas de los supermercados o de los mostradores de cualquier comercio se hacen imperceptibles pero a partir de este artículo van a poder distinguirlas y, por ende,  combatirlas así en un futuro podremos, entre todos,  conseguir la tan preciada igualdad.

Esta diferencia de precios, que a modo de ejemplo denominamos impuesto encubierto, existe en todo el mundo y se genera por la diferencia que advierten los formadores de precios entre el consumo femenino y el masculino causando justificativos que son un atentado a la inteligencia y en algunos casos hasta risueños. También debo advertir que esta desigualdad no se da solo en los precios y que no es patrimonio nuestro sino que existe en todo el mundo, abonando esta afirmación el informe elaborado por la Oficina de Desarrollo Humano  de Naciones Unidas que en el 2015 estableció que el salario de la mujer es el 24% inferior al del hombre; además   se ha establecido que esta desigualdad se da en el mismo  puesto y responsabilidad siendo que lo único que los diferencia no es la capacidad intelectual, técnica o el desenvolvimiento personal sino el género. Para evaluar el perjuicio que genera esta desigualdad y consultados que fueron los informes estadísticos de distintos diarios del mundo se pudo establecer que la mujer por su consumo paga entre el 20% y el 30% más que el hombre. En este orden de ideas diarios de EEUU publican estadísticas que establecen que la mujer en su consumo anual paga 1400 dólares más que el hombre y el Diario de España da a conocer que la mujer paga en su consumo anual (gasto adicional) 1300 euros más que el hombre. En este tema se producen situaciones tan ridículas como sus pretextos  por ejemplo la hoja de afeitar del hombre cuesta 0,49 euros y la de la mujer 0,70 euros, en la tintorería el servicio por camisa de hombre cuesta 6,50 euros y la de mujer  7,50 euros y perfume de hombre 58,6 euros y el de mujer, misma calidad, 101,9 euros; en el rubro cuidado personal la explicación es que la mujer en todos los tiempos está más dispuesta a pagar más que el hombre. A su vez otra de las explicaciones es la ley de la oferta y la demanda en el sentido que los productos que más se venden más aumentan y los que menos se venden se abaratan y la mujer al estar más dispuestas a gastar en artículos de cuidado personal los mismos aumentan y los hombres que gastan menos en dichos artículos los mismos se abaratan. Todos estos pretextos pierden su valor si nos damos cuenta que aumentan con tan solo cambiar de color el envase siendo que lo realmente valioso o sea la materia es lo mismo.

Además, otro motivo de la diferencia de precio es que los productos femeninos tienen menos vida que los masculinos en el sentido que la mujer sigue la moda por lo que siempre está cambiando por ejemplo su ropa pero es aquí donde debe tenerse presente que la política empresarial siempre tiende a maximizar sus beneficios por lo que como las mujeres siempre compran  gastan más en servicios y productos aumentan considerablemente su valor en cambio como el hombre gasta menos en servicios y productos similares desarrollan estrategias donde bajan considerablemente los precios para justamente atraer a la masa masculina de consumidores.

Otro de los puntos  a tener presente es que los productos femeninos siempre son expuestos para la venta en lugares contrapuestos (góndolas que se encuentran en paredes opuestas separadas por las góndolas centrales) a los masculinos siendo esta estrategia de vital importancia para que no puedan ser comparados los precios y las mujeres no adviertan que pagan más caros sus productos comparados con el mismo producto masculino  siendo la única diferencia el color del envoltorio. Toda esta situación se agrava porque hay menos participación de la mujer respecto del hombre  en los puestos gerenciales no solo generando desigualdad laboral sino también generando la diferencia salarial que mencione más arriba.

Por último el diario Izquierda  de España en su ejemplar del 8/3/2016 manifiesta inteligentemente que:”…perpetúen la imagen de la mujer con un aspecto siempre impecable creando así la necesidad de muchas mujeres de comprar y renovar estos productos de cuidado personal para encajar en los cánones de belleza actuales…”.

Finalizando esta desigualdad seguirá  existiendo si las mujeres no se agrupan para luchar contra esta desigualdad informando los lugares donde ocurren estas políticas de precios, evitando adquirir bienes y servicios  en esos lugares e informando los lugares donde no existe esa desigualdad así se empiezan a cambiar las cosas y se acaba la discriminación. Hasta la próxima.