Por el Dr. Luis María Llaneza
Hoy con gran sorpresa escuche en el noticiero matutino, que siempre acompaña mis desayunos, que en la Provincia de Buenos Aires para evitar la evasión van a implementar un sistema de premios para aquel que denuncie maniobras evasivas por parte de algún contribuyente. En realidad lo que más les interesa es que la gente delate a quienes realicen ventas sin entregar el correspondiente comprobante o la temerosa factura.
En este momento me pongo a pensar si las arcas oficiales no han quedado un poco debilitadas después de los gastos que demando la fabulosa campaña electoral y este seria un medio por excelencia para nivelar nuevamente las cuentas.
Esto de derivar el poder de policía que tiene la administración federal para perseguir evasores y cuidar la integridad de la renta es una cabal demostración de que el engranaje recaudatorio del Estado se considera ineficaz para cumplir con una de las tareas que le fueron encomendadas al momento de su creación. En mi anterior artículo publicado el 26/10/2011 ponía de relieve el sistema macabro de recaudar mediante el inspector encubierto que porque le cobraban el café con medialunas labró un acta fuera de su lugar de trabajo y sin la orden pertinente siendo lo peor que fue ratificada por el juez administrativo y la Cámara Penal Económico.
Ahora debemos pensar si el motivo por el cual se toma esta medida desesperada en esta parte del año no se debe a que la ineficiencia de sus inspectores produce un abismal crecimiento de la evasión o, lo que es lo mismo, un deterioro pronunciado de la recaudación fiscal. Aquí entran en juego otras consideraciones que hacen al saber popular y que se reflejan en las estadísticas de los resultados y es el tema del crecimiento de la corrupción reflejado en los “arreglos” realizados por algunos funcionarios del organismo recaudador con los evasores.
Ahora bien esta delación que se pretende y se premia con el propio dinero del delator, porque al final el dinero del premio es de quien recibe el premio situación esta altamente ridícula e inconveniente, significa una acto puramente voluntario que debe ejercer un vecino para delatar a otro vecino con el cual tal ves se salude todos los días. Es decir que la delación no es simplemente un hecho patriótico sino es la exteriorización de la voluntad de delatar al conocido que tiene una persona obnubilada por el mencionado premio.
Pero, ahora debemos analizar si esta delación será utilizada en un sentido patriótico de engrosar el caudal recaudatorio y disminuir la evasión o será utilizado por comerciantes desesperados para perjudicar y hacer desaparecer a la competencia o sea que el éxito de este sistema esta pensado sobre la base de una competencia desleal del pequeño comerciante porque a los grandes empresarios los protegen las leyes del Estado.
Por último, este sistema nos convierte a todos en agentes encubiertos de la Administración Federal a efectos de evitar el crecimiento de la evasión provocada por la corrupción y la ineficiencia del sistema de control de la recaudación. Buenos será hasta la próxima noticia de este tipo o hasta el próximo artículo.
Debo felicitarlo por el Blog, tan esclarecedor y le pido permiso para difundir algunas notas y de esa manera hacer que más personas interesadas lo lean.
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